Pasan por autoexaminarse, por hacer una mirada profunda hacia nuestro interior universo, para determinar si en realidad estamos dándolo todo o si predomina el interés mezquino, el cálculo frío e insensible de todo aquello que nos aleja de los demás y nos ahoga la solidaridad que nos ciega.
Yo sé que hay que luchar mucho en este presente para salir adelante, pero ello no puede ser obstáculo para que se congelen nuestros corazones e ingresemos en el terreno movedizo que termina por anclarnos en ese barro del desinterés, que es cuando muchos caen en el "no me importa porque no es mi problema".
Encerrarse en el "yo" al final, no conduce a ningún lado porque andas a la deriva y sin un buen timón que te impedirá naufragar.
Y los naufragios son muy duros. Pueden evitarse con una honesta reflexión que le abra las ventanas a la mente y al alma para que se oxigenen y el "nosotros" nos invada en renovación que le dará sentido verdadero a la vida.
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