martes, 12 de julio de 2011

Injustamente, te encasillan...

Hagas lo que hagas, digas lo que digas, por lo general te encasillan...
Sí, para mucha gente, debes formar parte de alguna ideología preestablecida.
Parecería que no puedes desarrollar tu propia conciencia, tu propio proyecto de vida.


Y entonces aparecen los moldes, las marcas con las que te marcan, las descalificaciones que te vienen de afuera por supuesto, ofensiva y gratuitamente, en tantos casos sin profundizar en tu ser y tus circunstancias.

Quienes no son libres no pueden entender el valor inmenso de la libertad ni el legado de nuestro prócer de "promover la libertad civil y religiosa en toda su extensión imaginable"-


Viven encuadrados, esclavizados en preceptos inmóviles, que los han obligado a ajustar conductas con discursos cerrados, sin alta profundidad crítica, que incluso pueden ser manipulados...


La libertad es cosa muy diferente, y respetando los límites esenciales, se expresa según las circunstancias, los contextos, las personas, con el ingrediente de la información suficiente, y por ello no se condiciona a etiquetas ni se deja encasillar, ni sabe vivir entre rejas...

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