lunes, 25 de julio de 2011

He recibido mucho más...

Como pude fui siguiendo un camino, pero mis tonterías interiores me obstaculizaban el andar para dar pasos firmes hacia una meta, entonces, un tanto incierta para mí.

No comprendía cabalmente cómo se iban puliendo mis aristas rústicas interiores, mis terquedades al eludir el norte de una verdad que se me manifestaba con llamados que me empeñaba en no escuchar...


No obstante fui creciendo por dentro, que en realidad es lo esencial, y fui desalojando de mis entrañas todo aquello que le ponía un techo a mis perspectivas con contenidos inútiles para que con humilde transpirar, pudiera construirme mejor, paso a paso aproximándome, ladrillo a ladrillo...


Volví a nacer con mi renacer, cuando el don de la fe me transformó y ordenó sabiamente los valores que ya estaban en mí conviviendo conmigo. Me convencí que he recibido mucho más que lo que he dado, aún con la certeza de que he vivido dando, sin pensar en mí...


Sencillamente puse algo de mí para vencerme, para reconciliarme conmigo. Pero lo más valioso, no me cansaré de reiterarlo, me lo han dado y no me alcanzará la vida para dar lo que no he dado suficientemente.


Por eso no le permitiré a mi corazón que tiemble ante el embate de ninguna tentación. No lo expreso para convencer a nadie, solamente lo hago para compartir algo que guía mis pasos, al saber que algo tan íntimo y personal como la verdad que sólo se propone y jamás se impone, es patrimonio exclusivo de cada quien, haciendo uso del valor esencial de su libertad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario