sábado, 19 de septiembre de 2009

El hambre, una de nuestras mayores vergüenzas

Antes de continuar difundiendo pantallazos de mis libros, hoy deseo referirme a un tema muy en boga en estos tiempos.
Desde muchos rincones del mundo se genera una verdadera diáspera, en procura de una esperanza para la vida de tanta gente que, en sus respectivos terruños, no encuentran un camino para llegar a la dignidad que merecen.
Y España está, entre otros destinos, como meta de tanta gente como aquellos que se lanzan a las aguas arriesgando sus vidas en débiles cayucos, con mujeres y niños, ya cansados de desesperanzas y postergación.
Y en ese mundo distinto, el de los países del primer mundo al que parecería que no les pertenece a los pobres olvidados, se siguen incrementando las hipocresías, los malditos olvidos por la gente que sufre, al continuar nutriendo a este mudo al revés, mal concebido, al salvataje de los ricos del sistema financiero en perjuicio de los más débiles, consumándose así la triste tragedia, casi un genocidio, al no detenerse en el hambre que en el mundo es una de nuestras mayores vergüenzas...

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