De: "Mercaderes en el templo..."
Y Joao, el pintor, seguía meditando en su noche sin sueño:
Siempre he desnudado mi alma ante ti y he vivido como he podido.
Sé que he cometido errores, y he peleado cuando intentaron ofenderme, subestimándome o queriéndome comprar sin sentido. Jamás provoqué con violencia pero sí con iras, Señor, pero es que soy tan pqueño que no sé cómo pedirte perdón arrodillado ante ti.
¿Cómo se dibuja y se pinta el perdón con arrepentimiento? He llorado mucho arrepentido de verdad y tengo desesperados deseos de amar a los que no he amado, de pintar el cuadro que no logré y de poseer la singularidad que me permita expresar tantas cosas por las que me desgarraría el corazón si es que pudiera alcanzarlas...
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