domingo, 26 de noviembre de 2017

DIALOGAR POR UN DESPERTAR SIN INOCENCIAS...

Hoy me propongo compartir un tema que nos tiene que preocupar y mucho a los padres, a los abuelos y al resto de los componentes de las familias, que es el de preparar y proteger a nuestros niños de aquellos miserables que se aprovechan de su inocencia, para hacerles mal, para destruirles la vida...

Usan cualquier artimaña para al aproximarse a ellos, y tratar de engañarlos con tal de llevar a cabo sus bajos instintos, siempre mintiéndoles, engatusándolos, expresándoles razones o excusas que han elaborado premeditando trampas para atraerlos hacia ellos, e intentar luego, los más bajos propósitos imaginables, también, utilizando las redes sociales a esos fines y tantas veces con amenazas para silenciarlos...

Todo lo que hagamos será imprescindible para salvar a nuestros hijos y nietos, empezando por hablar con ellos constantemente sobre este tema, para ubicarlos, para prepararlos, para que se sepan defender, hasta el punto de buscar formas adecuadas para establecer seguridades, en el momento justo en el que deban tomar una resolución ante la más mínima sospecha.

Una de ellas puede ser la "contraseña" que previamente acordada en el seno familiar y que debe quedar en secreto sin decírselo a nadie, le exijan a los extraños que se aproximen a ellos (sean jóvenes o mayores- hombres o mujeres porque miserables los hay por doquier), y si no la reciben como forme de legitimar la aproximación, los lleven a escapar del peligro latente de ser engañados con las consecuencias que todos conocemos.

Se trata de un recurso (puede haber otros) que les aporte a nuestros niños seguridad (si le anuncian la contraseña como que son enviados legítimos), o un llamado de alerta para ponerse en guardia y apartarse rápidamente de esa aproximación perniciosa...

Lo primordial es dialogar sobre el tema, prepararlos constantemente para enfrentar esas aproximaciones tan peligrosas para sus vidas.

Lo importante entonces es prepararlos ante endemias que se propagan cada vez más, y enseñarles que no deben tener miedo ni temores de hablarlo todo con los suyos, quienes deben vigilar atentamente con quiénes se conectan, quiénes son sus "amigos", con qué redes sociales se conectan, qué programas ven en la televisión, qué diálogos mantienen, qué cosas malsanas les ofrecen, qué mentiras les mienten, como formas que nos avisen a los mayores cómo actuar para protegerlos, por dónde poner énfasis en nuestras recomendaciones, para que se sepan defender y se aparten de todo contacto que signifique un peligro para ellos, y también, al hablar mucho apartarlos de "ese aislamiento inconveniente" de estar "atados" ya sea a los teléfonos móviles, y a la televisión que por otro lado los aparta del sano convivir familiar para intercambios conceptuales más que necesarios...

Todo a su debido tiempo pero controlado, y nada será positivo si no se dialoga constantemente con ellos, por un despertar que al fin puede ser su salvación...



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