Gracias a Dios tengo e intento multiplicar, una vida repleta de intentos...
Jamás he reparado en mi edad ni en lo hecho hasta ahora, porque no me permito mirar mucho hacia atrás, dado que lo que más me atrae es todo aquello que he de dar y lograr en el mañana de mis días...
Mi entregas cotidianas tienen el sesgo de mi pasión por ofrecer mi ser, por darme en toda la extensión imaginaria del intento, aunque deba abonar el alto precio de postergarme, dado que jamás me antepongo ante los "llamados" que me convocan por esa irrenunciable vocación de servicio que está arraigada en mi alma...
Así fue mi caminar en la mayor parte de mi vida sin fe, así es hoy con ese don que venció mis bloqueos interiores y así será mañana, y mientras un suspiro permanezca en mí...
Y todavía, lo reitero, dando gracias porque el motor siga encendido, moderando, y dispuesta siempre con la palanca de cambio en posición de avanzar, jamás nunca retroceder y mucho menos detenerse...
Es más, cuando mejor responde es ante los repechos que la existencia me ha puesto por delante, porque es desde la elevación donde mejor puedo percibir los atajos que conducen al resplandor de la vida, para sortear miserias y tinieblas...
También, para esquivar los charcos donde se ocultan los peligrosos fangos del barro en los que me pueda enterrar..., accionando la tracción más potente de mi ser.
No hay comentarios:
Publicar un comentario