miércoles, 23 de agosto de 2017

UNA ACTITUD SIN RESPLANDOR...

Enfrentado a una disyuntiva, ya sea en la vastedad conceptual que esté analizando,  o para resolver un accionar en la vida cotidiana, siempre he recurrido al recurso de provocar mi tranquilidad de conciencia, y en forma primordial y adicional en los últimos años, a plantearme  "cómo hubiera resuelto el Señor, la situación" que eventualmente esté en el centro de mi atención.

De ese modo sencillo pero por demás sensato en mi concepto, busco el resplandor que ilumine mi discernimiento en cada momento de mi presente,  en las diversas circunstancias que la vida nos pone a todos por delante...

Es también, un modo de reconocer y potenciar, una forma de ser en la que una identidad aflore, producto de una larga forja que en definitiva nos aparte de la mediocridad de sobrevalorarnos, errando el rumbo al abandonar los senderos adecuados, los únicos que nos pueden conducir a un destino sin naufragios...

Si en nosotros está radicada la firme convicción de ir detrás del imán del amor, no nos podemos permitir sembrar discordias, rupturas e intolerancias, vengan de donde vengan, pero con más razón de parte de quienes, como en el caso de un sacerdote que recientemente en su homilía, no ofreció un testimonio vivo de concordia y esperanza, además de inoportuno y fuera de lugar por el ámbito en el que se expresó...

Y yo, aplicando en el análisis la conducta que ha guiado mi caminar por la vida, estoy seguro, que el Señor no lo hubiera hecho así, sino sembrando semillas de misericordia...

Le corresponde a otros tomar las medidas adecuadas respecto a la situación terrible provocada por los atentados en Barcelona, condenables desde todo punto de vista, ante tan incalificable barbarie.

Pero lo que no corresponde, es desde una iglesia, manchar el sagrado púlpito, para juzgar, condenar, y adjudicarse roles inapropiados, para las ovejas que debe custodiar como pastor...




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