Por más que le den vueltas a la matraca, y más allá de los "esfuerzos aparentes" por ponerse en la primera línea de la figuración, si no hay espontánea nobleza en tus intenciones que al fin son las que le ponen signo a tus actos, todo será en vano porque no lograrás otra cosa que seguir engañándote.
Y quien concurre a las aulas del engaño, lo único que logra es recoger lo que siembra, que no es otra cosa que mentirse y mentir, hipocresía, que es una equivocada constante en el vivir que tanto entorpece el convivir...
Se les ve venir de lejos, y más lo aprecian quienes cuentan con la experiencia de estar de vuelta cuando ellos recién van...
Inutilizan semillas en surcos que no son fértiles, sabiendo incluso que son propicios para que se multipliquen las cizañas. No saben ni sienten las armonías que se sienten en el alma cuando se transita por los senderos de la Verdad.
Y es entonces cuando recurren a actitudes injustificables, teñidas de falsedad, encubiertas de mentiras que se propalan aquí y allá, y que creen que al repetirlas se convertirán en certezas...
No lograrán confundir a quienes tienen claros los conceptos en sus circunstancias, y que sienten que al fin los sayos vienen sacudidos por los remolinos de la causalidad, para que caigan donde corresponde, poniendo las cosas en su lugar.