lunes, 22 de diciembre de 2014

ME TOPÉ CON UN "PODEROSO"...

Cuando se sube al ring donde se pelea la vida, tienes que estar preparado para el eventual enfrentamiento con un Goliat.
A lo largo del extenso transcurrir, tuve necesidad de enfrentar a "ejemplares" de esa especie poderosa de un modo tal, que me fue imprescindible apelar a recursos interiores, esos que no se perciben a simple vista, para que no me voltearan..., y me tuvieran que contar esos instantes fatídicos que te excluyen de toda contienda.
No siempre quien más tiene ni quien en apariencia es más potente, sale airoso cuando intenta vencer en la compleja tarea del vivir.
Lo aprendí a temprana edad cuando me enseñaron y me machacaron los míos a hacerle frente a las circunstancias adversas, y en apariencia desiguales.
Y no puedo olvidar las tantas veces en que me topé con un "poderoso"..., que al fin no fue tal, puesto que no me doblegó, y por el contrario fortaleció mis convicciones en cuanto a los conceptos sobre los que he forjado mi ser.
Jamás canto victoria por anticipado, simplemente lucho para defender mi dignidad desde mi humilde sencillez. 
Y esa lección aprendida se arraigó en mí, la aprendí de memoria, del mismo modo que huelo, intuyo, los veo venir ostentando, mostrando siempre la subestimación que ofende y es allí cuando se acrecienta la reacción que desde adentro te aparta del miedo, del temor que achica, porque un resplandor te guía y te permite sorprender y hasta pegar primero en el buen sentido, poniendo al desnudo la verdad de ser capaz de liberarte de los engañosos remolinos negros en que pretenden envolverte quienes por lo general "mirándote desde arriba" se creen con derecho a atropellar creyendo que no van a tener respuestas adecuadas que los frene o bajarlos del falso pedestal que ellos mismos se han levantado con la soberbia que los ciega...
 
 


No hay comentarios:

Publicar un comentario