Mi propia responsabilidad moral y cristiana a las que debo ofrecer mi irrenunciable fidelidad, me llevan a no silenciarme, a no ser aliado de la cobardía de excluirme con indiferencia, cuando por el contrario al sentirme interpelado, comprometido e involucrado, siento que debo ocupar un rol, y luchar desde mis trincheras frente a este caos político y social que a mi entender no es posible combatir con inocencias, sino estando en actitud alerta, jamás adormecidos, procurando formar parte de quienes somos más, y más fuertes, en el imprescindible despertar...
España, y quienes habitamos en ella, estamos en manos de "diablos" que se han unido luego de mentirnos, respondiendo a mandatos de super poderosos que con manifiesto descaro, se han propuesto digitar nuestros destinos...
Son serviles arrodillados a otros designios, "ante un nuevo orden mundial" repleto de hipocresías y demagogias, que los votantes no les han autorizado expresamente, porque lo que menos les interesa es el bien colectivo, sino reafirmar sus propios e impuros intereses...
Lo expreso así, porque no me detiene el miedo, y porque no me confunden las trampas, además, porque no me gusta que nos subestimen ni nos manejen como títeres al servicio de sus antojos..., esos que se creen "superiores" y se revisten para engañarnos, como si fueran mansos predicadores cuando no son más que lobos feroces y ambiciosos, hambrientos por bocados de codicia, y cegados por ciegas ambiciones...
Y por ello, se arrodillan mendicantes ante falsos profetas del engaño, soportando que los humillen con insultos, que los amenacen, que les impongan condiciones y chantajes que al fin, es el precio por pactar y ponerse al servicio de ideologías que no pueden ocultar...
Y ante ello, tenemos el deber de unirnos en pos de nuestra propia salvación, para que el triunfo del Amor sobre los engendros del mal, que están cavando su propio sepulcro político, tengan su merecido...
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