jueves, 23 de julio de 2020

EN ESPERA DE UN DICTAMEN JUDICIAL IMPRESCINDIBLE...

Reitero una vez más, que en la historia de mi país de origen, por las frenéticas luchas por nuestra libertad, por nuestra independencia, por la firmeza de la roca en la que se apoyò nuestro Régimen Republicano y su tradición liberal, libertaria, tolerante,por demás generosa al recibir a contingentes humanos  que huían de conflictos lejanos, y encontraron en ella,  la República Oriental del Uruguay refugio, amparo y realización al ser considerada la Suiza en América, por su nivel cultural, la paz social, la estabilidad, los valores inalterables de su Constituciòn, me han llevado en mi largo caminar a cruzar fronteras, y conocer otras realidades, como la de España, y más allá de mi espíritu republicano, por las razones invocada, reconocer y valorar a la Monarquía Parlamentaria de España, la Nación que me acogió, y que al superar los avatares de su pasado, sus connacionales supieron darse decenios de concordia, estabilidad y desarrollo...

Es la misma sangre que un día lejano se fue para el sur americano, que ahora por diversas circunstancias ha vuelto con nosotros...

Es injusto no reconocer todo lo bueno aportado para el bien colectivo, por la Monarquía de don Juan Carlos I. por considerar solamente los errores cometidos por el Rey Emérito, y más injusto todavía, poner en tela de juicio el reinado ejemplar de Felipe VI en aras también del bien común que es lo que más nos debe importar...

Por eso me quedo con una muy valiosa opinión, la de don Luis María Ansón, un protagonista directo de una época de la que es el único que se mantiene con vida, y por ello sabe de qué está hablando, y que hoy reitera en el diario imparcial e independiente que dirige lo registrado en 1994 en forma textual, como análisis equilibrado de una gestión, ahora puesta en tela de juicio del ex Monarca, y esperando que la Justicia determine un dictamen que anticipa respetará como corresponde...

Y yo me sumaré a esa actitud de aceptación y respeto, sin dejar de lado el sano equilibrio de valorar todo lo incuestionablemente bueno del obrar de don Juan Carlos I en bien de España de todos los que habitamos en ella, y considerar, y no priorizar solamente los posibles errores humanos que pueda haber cometido, y que la Justicia nos aclarará..., pero jamás, aceptando a ciegas cuanto se comenta previamente, desconociendo la presunción de inocencia...


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