lunes, 11 de mayo de 2020

Ese enlace que mi corazón hace con mi razón...

Un hábito que sin mi voluntad, se me manifiesta en mis largas noches sin sueño, pero pobladas de sueños...

Anoche me volvió a ocurrir, "ese enlace que mi corazón hace habitualmente con mi razón...", para que mi ser "viva" circunstancias inesperadas para que yo llegue a la aurora de los primeros instantes del nuevo amanecer, hasta con la incertidumbre de saber si lo sentido ha sido plena realidad, o misteriosos retazos que se mezclan de una imaginaria ventura de lo no alcanzado, de lo que he dejado pendiente en mi vida, y tantas veces en mi largo transcurrir, la osadía de abordar lo inmerecido, proyectando energías generadoras de "momentos y circunstancias" en las que no tuve el coraje de dar un paso más, resuelto y decidido para romper con frenos, bloqueos, prejuicios y sentimientos que me apartaban de lo que mi alma siempre me ha reclamado...

Ayer leí muchas cosas, aprendí de los que saben más, me arrodillé ante el altar convocante de mi fe que en estos tiempos del confinamiento, con intensas oraciones más pronunciadas que nunca, y quizás por esas razones, al llegar a los albores del sueño, llegué cargado de motivaciones que sin proponérmelo, me condujeron hacia el umbral de los sueños...

Y claro, volví a soñar. 

Soñé que estaba disertando frente a una numerosa audiencia en un enorme espacio abierto, en el que se me reclamaba que me refiriera a mi vivir, y también, para que por momentos también lo expresara cantando, como habitualmente lo hacía desde mi niñez......

Compartí muchas cosas que me han pasado, canté muchas canciones del cancionero rioplatense que siguen conviviendo conmigo, me referí a mi producción escrita, y allí expresaba el privilegio de seres que me han presentado mis libros, cuyo nivel cultural e intelectual es inalcanzable para mí y que sólo por su inmensa generosidad se han detenido en mí, honrándome en grado inmerecido...

Sentí aplausos y reconocimientos que jamás busqué, porque para mí el mayor regalo que puedo recibir, es la posibilidad de ofrecerme, de darme, de entregar mi ser sin esperar nada a cambio, sino hacerlo por Amor y porque sí, con todo lo que esté a mi alcance...

Y en medio de esa escena soñada, clamorosa, indescriptible, que yo no tenía palabras adecuadas para agradecer, surgieron los seres queridos que me han dado la vida y todos aquellos que me han precedido, para que yo les dedicara "ese momento", como en realidad lo hago siempre cuando un hecho significativo se concreta en mi vivir, y me motiva a recordarlos, y ese modo prolongarles la vida como me lo he prometido hace años......

No es sencillo explicar lo que puede lograr en un ser, esa comunión entre corazón y razón, esa simbiosis inenarrable de "vivir dos vidas", la real y la que se sueña...

Y ahora ya no estoy soñando, y asumo responsabilidad por cuanto expreso:

Tal vez por eso, vivo empecinado en nunca dejar de soñar, ni tomar distancia de la Providencia que constantemente pone a mi alcance al aproximarme un Madero Redentor, siempre en mi auxilio, siempre dispuesta a rescatarme, siempre sugiriendo, jamás imponiéndome nada..., respetando constantemente mi libertad..., como tampoco es sencillo explicar el verdadero alcance de los intentos que un ser puede concretar, cuando manifiesta sus pensamientos y ellos viajan a través de las insondables distancias y sus contenidos  llegan a otras mentes y despiertan sentimientos, energías, circunstancias, en el vuelo sin fronteras de las comunicaciones mentales directas o por medio de telepatías en acción...

Una ventura comunicacional que nada tiene de misterio, y que nos permite "dialogar" hasta con seres desconocidos para poner en movimiento, la acción transformadora constante que necesita este mundo enfermo, de modo similar a lo que ocurre en el universo del que somos partículas cuánticas insignificantes, cual gotas en la inmensidad oceánica...

Pero cuando se unen, respondiendo los pensamientos a profundas convulsiones y/o reacciones interiores, pueden convertirse en fuerzas avasallantes de alcances inimaginables, como oponerse a los engendros del mal que nunca jamás podrán ganarle la porfía al Amor...

No podrán por más que lo intenten los "iglesias",  los "monederos", "y otros tantos más revestidos de monges salvadores detrás del disfraz de su intelectualidad y elevada oratoria", cuando en realidad forman parte de oscuros cultos montados por poderosos profetas del engaño de los que son representantes porque dan la cara, mientras los "otros" se ocultan tras las mascarillas de sus secretismos al digitar el destino de tanta gente, empecinados en montar el malvado teatro de un nuevo orden mundial, que sólo responda al beneficio de sus oscuros designios...

No es extraño entonces, que haya tantos bancos vacíos en las verdaderas iglesias donde se rinde culto al Amor, al verdadero Camino, a la certeza de la Verdadera Vida, cimentada sobre la roca tan dura como el diamante que no admite huella alguna, del Redentor y su Evangelio... 

No nos puede extrañar que hayan logrado tantos adeptos porque saben muy bien cómo manipular nuestras mentes, con una red de confusiones para no dejarnos pensar, embriagándonos primero, para explotarnos después..., confiados en que contando con las fragilidades que se esconden en la naturaleza humana, pueden llevar adelante su plan hipócrita y demagógico de ruptura y escisión, ya enquistado también, lo intuyo, en los altos nichos de las esferas vaticanas, para imponer un nuevo reinado (el del dinero, el poder, el materialismo y consumismo), para desplazar a la espiritualidad que no han podido vencer en los más de dos mil años de dura porfía con su deriva..., sin destino.

También en las entrañas de nuestra Iglesia, y lo proclamo con profundo dolor, debe operarse un despertar, una transformación redentora, un estado de alerta constructivo, unas sirenas de alarma,  para que se despeje el camino de su propia "resurrección"...


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