viernes, 7 de febrero de 2020

PAGAR UN EXCESIVO PRECIO POR UN DESVARÌO...

La debilidad conductiva primero, y la ambición desmedida y mezquina que apareció después, le han permitido "a algunos ejemplares que no son pocos", volar muy alto, en lugar de estar enjaulados..., como hubiera correspondido...

Las intenciones son inocultables, separatismo y amnistías por un lado, y aprobación de presupuestos por otro, para permanecer en la Moncloa...

Y ahora se pone de manifiesto, lo que desde un principio sostuve: no puede haber diálogo posible ante posturas irreconciliables "en lo esencial": nada puede ser legítimo fuera del Orden Constitucional y Legal vigente, o dicho de otro modo, "atropellando de cualquier modo", sin medir las consecuencias de ese desvarío...

Desvarío no por sus ideas, que pueden tenerlas, sino por la irresponsable forma de imponerlas por las que algunos ya han sido juzgados y están en prisión, y otros que tomaron distancia huyendo de la Justicia..., pero que siguen manipulando desde afuera en pos de una meta rupturista y sin destino...

No se merece España ni los españoles, soportar precio tan elevado, por más que el actual cabeza del gobierno por aferrarse al sillón de la Moncloa con un Psoe que deja en el pasado atributos positivos, presente un documento con 44 puntos para condicionar un diálogo que al fin es y será. un simulacro, una ignominia injustificable, que, en lugar de pararse firme con quienes agreden, insultan a España y a los españoles, va y se sienta a que el tiro le salga por la culata, y siga aparentando tener un mandato que las urnas no le otorgaron, porque no tuvo aprobación expresa para pactar con quienes por volar tan alto, le exigen la vergüenza de arrodillarse ante ellos hasta ponerlo entre la espada y la pared con amenazas crecientes, por su mediocre ambición...

No ha sido siquiera capaz de aparecer en escena, para condenar a quienes, con soberbia osadía, se endilgaron el derecho de atacar a la Monarquía Constitucional y Parlamentaria que los españoles con grandeza se dieron en el pasado,  favoreciendo la Concordia que fue posible, para su desarrollo posterior...

Y ahora, van apareciendo los primeros indicios de un profundo desacuerdo, no abordado con acierto, porque primero es lo esencial, fijar posición firme en los temas de fondo, luego todos los puntos que se deseen, esos 44 o los 88 que se puedan llegar a redactar como temas importantes atentos a una actualidad necesaria que la realidad pueda aconsejar, porque al fin, con el Orden Constitucional y Legal vigente, si no es modificado, no es posible abordar un diálogo que alcance una postura creíble ante insultantes diferencias...





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