El héroe de la lucha emancipadora del Uruguay, en los albores del Siglo XIX dejó grabadas en las páginas imborrables de la historia, una máxima que fue en su momento, sigue siendo, y lo será por siempre, un testimonio elocuente de grandeza y coraje conductivo...
Entre otras expresiones nos dejó: "No venderé el rico patrimonio de los orientales, al vil precio de la necesidad..."
Sus palabras me llevan a pensar, sobre la abismal diferencia que constatamos en la actualidad de España, por ejemplo, cuando otro conductor político, en funciones por una moción de censura, se doblega, esclavo de su ambición desmedida por conservar el sillón de la Moncloa, vendiendo la concordia y la estabilidad que los españoles supieron darse con grandeza en su pasado, ahora, "al precio vil de un canje mediocre y mezquino..."
Y pienso una vez más, en el alto precio que se puede llegar a pagar...
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