Más de una vez he pensado, que nunca puede estar en juego temblequeante, la dignidad de un dirigente político...
Renunciar, dar un paso al costado, es una actitud digna para la que todos no están suficientemente preparados, luego de una deriva política que los deja en evidencia, sin generalizar por supuesto, porque hay honrosas excepciones, de dirigentes que se han dado cuenta que con sus propósitos han puesto en "jaque mate" no sólo su continuidad política, sino la necesaria estabilidad conductiva imprescindible para el pueblo...
Pero la dignidad queda derrotada, si se claudica ante "el imán del sillón de la Moncloa", en un canje por demás mezquino...
Sólo el tiempo y los acontecimientos del devenir, podrán mostrar claramente el resultado de los sacudimientos del cernidor de la Verdad, de circunstancias que intuyo puedan ocurrir con el respaldo de fuerzas políticas que exigirán un precio con condiciones no sujetas a la plenitud que exige el Orden Constitucional y legal, que es un patrimonio de "todos", y no de "algunos" que no son pocos, que se endilgan un derecho que no les pertenece...
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