Han adoptado diversas vestiduras, pero todas tienen en común, el salvajismo de la explotación.
Ya no acuden al exterminio en cámaras de gases, pero le ofrecen a su maldad, ir matando poco a poco a sus víctimas.
Ya no acuden al exterminio en cámaras de gases, pero le ofrecen a su maldad, ir matando poco a poco a sus víctimas.
Vengan de donde vengan, los genocidas del Siglo XXI consideran a los integrantes de la especie humana como si fueran productos de un mercado alevosamente perverso, desalmado, porque a la codicia sin límites que los ciega no les importa sus vida, sus penurias, ni la inminente fecha de caducidad que se les aproxima con la endemia de la desesperación...
Cuentan con la complicidad de los malvados y sicarios que tienen comprados, para la ejecución de sus planes sin alma:
fuerzas que silencian, que siembran el miedo, eliminan quienes se les paran delante;
acorralan a los pueblos con la miseria del hambre;
manipulan la información con el veneno del consumismo;
aturden con los medios de comunicación para no dejarnos pensar;
reafirman el oscurantismo cultural, porque no les conviene el despertar de los pueblos;
estrangulan a los pueblos con el ultraje de las cuotas que nada tienen de inocentes;
envenenan los mares, el aire y los cultivos;
inviabilizan las economías con el vaciamiento de sus riquezas;
los poderes supranacionales controlan las deudas públicas, y digitan los destinos del mundo;
la corrupción campea por doquier, creyéndose protagonistas inexpugnables;
ocultan con cálculos de conveniencia, la aparición de energías no contaminantes;
y la comunidad internacional, con sus GRUPOS DE PODER, y sus secretismos, NO RESUELVEN UN ATAQUE FRONTAL A LAS CAUSAS, QUE ES DESTRONAR A LOS GENOCIDAS EN PRIMER LUGAR DE SUS FALSOS PEDESTALES, ALGUNOS DE ELLOS DINÁSTICOS Y A PERPETUIDAD, Y SIMULTÁNEAMENTE ADMINISTRAR LAS DRÁSTICAS CONSECUENCIAS QUE HAN DISEMINADO CON LA VERGÜENZA DE SUS MALDADES...
Pasan los años, las calamidades se mantienen y aumentan, y estos genocidas del Siglo XXI, enquistados en el poder en diferentes partes del mundo, siguen atesorando inimaginables riquezas y más poder, ofendiendo a sus pueblos cada vez más enterrados en las miserias que han sembrado...
Precisan que un tsunami inteligente los destrone, o que la retórica deje de ser inconducente, para transformarse de una vez por todas, en acciones concretas, calculadas, con la eficacia que los borre del mapa para que la libertad se abra paso y los pueblos puedan acceder a la dignidad que por derecho natural les corresponde...
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