Con la maravilla de la vida se nos ha dado un inmenso potencial, y dentro de lo valores que definen la singularidad de cada ser irrepetible, está la capacidad de aguantar todo tipo de vendaval que nos pueda no sólo sacudir, sino a dejarnos a merced de las circunstancias que cada individuo no pueda controlar, incluso, ante situaciones límites...
Para que ello no ocurra, es preciso vencerse en el recorrido del largo y complejo caminar que cada individuo intente...
En realidad somos el resultado de lo que guarda nuestro corazón, como resultado de la estrecha empatía que su latir tiene con la mente, porque no se ocupa solamente de distribuir el torrente sanguíneo que nos mantiene la vida y nos oxigena por dentro, sino que también, influye en el complejo laberinto de los circuitos mentales que definen nuestra singularidad, en toda su extensión imaginable...
La calidad de vida debe ganarle la porfía a las incidencias extrañas ahuyentando tentaciones, negándonos a los pensamientos sin alma. con la convicción y el coraje de optar por la suprema virtud del bien y del amor, sin renunciar jamás a nuestros sueños más soñados para fortalecer las esperanzas...
En lo que me es personal, no me apartaré nunca de ese rumbo, suceda lo que suceda, porque reforzaré el norte de mis intentos hacia los resplandores donde reside el optimismo más radiante, dado que iré siempre detrás de los faros que me hagan tomar distancia esquivando las traicioneras tinieblas...
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