No es admisible permanecer al margen de lo que ocurra en la comarca y en el mundo, sin reaccionar, sin proponernos las acciones que estén a nuestro alcance para abrir brechas de transformación para que quienes vienen detrás, tengan escenas más propicias para su realización...
Si con la maravilla gratuita de la vida, se nos ha dado además un potencial, tenemos que asumir nuestra corresponsabilidad para propiciar la imprescindible elevación individual y colectiva, que nos lleve al compromiso y al involucramiento, para no quedarnos en la postura mediocre de la indiferencia, que al fin es una cobardía...
Todo es posible si lo intentamos, si enriquecemos nuestro obrar cotidiano, cada uno según sus posibilidades, partiendo de la base conceptual de que lo esencial es empezar a recorrer un camino, dejando a un lado las quejas que nada resuelven, tomando distancia de la retórica cómoda que solamente exige sin dar nada..., sin esperar que todo nos lo den sin conquistar un mañana mejor, transpirando la existencia...
Hacer posible un proyecto de vida, sentir en el fondo del alma la exigencia de la libertad que nos permita la dignidad, no son metas gratuitas, hay que conquistarlas desde nuestra sencillez porque a nadie se les exige actos heróicos, pero encararlo todo con el coraje irrenunciable de avanzar "paso a paso aproximándonos", hacia el destino que nos propongamos, sin caer en la tentación de ser prisioneros de nosotros mismos, y mucho menos de quienes nos manipulen la existencia, y nos priven de la salvación...
Sería imperdonable que nuestros hijos y nietos, y todos aquellos con quienes compartimos el convivir cotidiano, llegaran a culparnos por haber pasado en vano por la vida, por nuestra mezquina prescindencia..., al haber claudicado ante los sometimientos del "yo", olvidando al "nosotros"..., en actitud condenable y sin amor...
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