jueves, 1 de enero de 2015

Motor encendido...

Cuando todavía resuenan los petardos del festejo por un año más que se acumula en el ayer, desde la misma madrugada en que comienza el latir del 2015, yo estoy dispuesto con el motor encendido para continuar mi andar hacia el destino sin tiempo..., ganándome el legítimo derecho de habitar en la gloria de un eterno presente.
 
Esa es mi esperanza, esos son mis sueños, como resultado alcanzable de haber vivido la maravilla de la vida temporal (y tan incomprensiblemente efímera) con un sentido.
 
Se puede si uno lo intenta, pero no es tarea sencilla dada la naturaleza humana repleta de fragilidades ante las que se impone la tarea primera de vencerse, para poder volar y elevarse sacudiendo las alas de los sueños.
 
Es preciso mantener constantemente el motor encendido y con temperatura adecuada, para superar los repechos de la vida, porque si no se mantiene esa consistencia nos podemos quedar sin aliento y caer rodando por las bajadas que conducen por lo general hacia los precipicios.
 
Vivir con un verdadero sentido es no pasar en vano por la existencia y para ello, hay que llevar a cuestas la pesada carga que significa aferrarse a los sueños que no sueñan los que se consideran "realistas" y se someten al falso embrujo de otras cosas que no tienen valor alguno allá en el umbral al que todos llegaremos.
 
Entonces, es imprescindible vivir siempre en condiciones de avanzar, hacia una meta donde ya no sean necesarias las esperanzas, como trofeo por haber vivido los dictados del alma cuando sueña los sueños del amor...
 


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