miércoles, 5 de febrero de 2014

Entre iguales...


Se nos convoca a una serie de reuniones con jóvenes que desean concretar su matrimonio con celebración religiosa.

No vamos a entrar en aspectos formales ni jurídicos, porque no es el tema que hoy nos convoca.

Sí vamos a poner énfasis en la comunicación que tendremos con  quienes concretarán tan seria unión para sus vidas.

Serán charlas "entre iguales" con el superior propósito de que esos encuentros prematrimoniales nos puedan enriquecer recíprocamente.

Lo sentimos así, porque si bien llevamos muchos años de casados que puede ser la más ostensible diferencia y las edades por supuesto, ello no legitima que estemos en condiciones de dar consejos a nadie, y mucho menos que estemos en contacto con la Verdad. La única Verdad que está en nosotros y que por supuesto nos subyace, es la fe, que no ocultaremos, pero que no será utilizada para convencer sino para compartir lo que sentimos en honestos intercambios.

Lo reiteramos, "entre iguales", intercambiando experiencias, circunstancias, y conceptos que fundamenten primordialmente el amor que nos ha mantenido unido tantos años, el mismo amor que les deseamos a quienes se proponen unirse con lazos tan significativos para sus vidas.

Lo nuestro no es un magisterio para dar clases de nada, y menos del vivir..., que es una historia singular e irrepetible de cada pareja. Será sí, para comentar cómo lo hemos hecho para que esa unión no se haya podido desatar en tantos años para nuestra mutua felicidad.

Y fundamentalmente, para recalcar que seguimos siendo "novios" y enamorados en tan largo transcurrir...

Ese testimonio deseamos compartirlo por considerarlo esencial, aunque sea de diferentes formas y enfoques, según los temas que se nos han formulado, como parte de otras tareas parroquiales que asumimos voluntariamente porque así nos lo pide nuestro espíritu cristiano que nos induce a darnos, sencillamente, y porque sí...

Deseábamos dejarlo establecido antes de comenzar esas "charlas entre iguales". porque no sabemos qué nos deparará ese ir y venir de intercambios conceptuales entre diferentes generaciones.

Nosotros hemos tenido nuestro tiempo y sus circunstancias, y las nuevas parejas la singularidad de los suyos, sobre los que podremos cotejar y capitalizar resplandores recíprocos con el superior propósito de confirmar los senderos que nos mantengan con proa a la felicidad con las llamas del amor que a toda edad, deben  y pueden estar encendidas...

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