Voy vers l´espoir..., de eso no tengo ya (creo que nunca la he tenido) ninguna duda, aunque tenga que atravesar los laberintos tramposos de los hombres.
No tengo temores, el miedo no anda conmigo, y a mi edad..., mucho menos.
Si antes no me entendí con el miedo, ahora, curtido por los espantos, y luego de exponerme tanto a la intemperie, siento que avanzo como puedo, paso a paso aproximándome, ligero de equipajes, que es como de verdad podremos alcanzar integralmente y con alguna certidumbre, esa dimensión que nace con la fe...
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