sábado, 8 de octubre de 2011

Perverso, pero de la más perversa perversidad...

Me he referido infinidad de veces al mundo financiero, para calificar lo que siento de sus procederes.


Pero ahora, que las convulsiones han llegado incluso a quienes se consideraban inexpugnables, son más manifiestos sus juegos perversos impulsados por una salvaje especulación.


Y no me refiero solamente a los bancos, incluyo a todos los agentes que se mueven en ese mundo sin alma de las Bolsas que va dejando el tendal en los pueblos, que son en definitiva quienes les transfieren con su pobreza, cada vez más riqueza.


Si, estoy coonvencido, es un mundo perverso, pero de la más perversa perversidad.


Por más que disfracen sus actitudes con inocentes letras chicas en los contratos que muy pocos leen, dejan establecido y así aplican sus dentelladas, sus usureros costos, sus cuotas despojantes, la despiadada manipulación para reafirmar el salvaje consumismo que les da vida y múltiples beneficios, al amparo de privilegios que los protegen, como el salvataje que se les aplicó y que los conductores le han negado a sus pueblos necesitados, hambrientos y olvidados...






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