Algunos planteos que recibo vía correo electrónico, me llevan otra vez a temas en los que me he reiterado.
En el presente perturbado de este mundo al revés, endeudado, hipotecado, en el que la corrupción lo ha manchado, no sólo reina el desconcierto por la inmensa deuda externa de la que todos nos tendremos que hacer cargo, sino que hay también, un significativo déficit cultural y moral.
La identidad singular de cada terruño está herida de muerte, la han invadido atropelladamante, y está prisionera del desvarío. No la hemos afianzado, todo lo contrario, copiamos y lo hacemos mal, adoptando absurdas posturas que nos vienen de afuera, con hábitos extraños, con jeroglíficos inentendibles, creyendo que de ese modo hacen uso de la libertad emancipándose, porque algunos crean que les hemos dejado un pesado lastre hipócrita.
¡Qué sencillo les resulta creer que son dueños de la verdad, para justificar sus fracasos y conductas que en todo tiempo han sido y son incomprensibles!
No hay comentarios:
Publicar un comentario