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-No sé qué idea tienen ustedes desde la distancia. Pero en general la deuda externa latianoamericana ha sido mal otorgada. En la época de las vacas gordas de la situación financiera, poco menos que se traficaba con una inmensa masa financiera de fácil acceso, con tasas de servicios accesibles, con financiación a largo plazo, se le otorgaron créditos a dictaduras, a países sin una verdadera capacidad de pago y sin planes concretos de desarrollo, que asumían compromisos postergando la dignidad de su gente y al final, Enio, terminan pagando las democracias una vez restauradas.
No deseo confundirte, pero cómo es posible generar resultados positivos, cuando no hay inversión, cuando se carece de programas para el crecimiento sostenido, sin paz social, si ni siquiera sabíamos qué país deseábamos tener o a qué destino llegar.
Eran paliativos, como se dice vulgarmente "tirar la pelota para adelante", que el que venga después lo arregle y en esas marañas de la incertidumbre, llegaron las nuevas generaciones ya endeudadas, porque los viejos no han entendido nada o poco sobre lo que estaba ocurriendo y los jóvenes que lo percibieron, formaron parte de la diápora que se fue hacia el primer mundo y muchos de ellos hacia España, país que los convocaba por su situación (que no es la actual), por su origen, por su lengua...
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