Es posible si lo intentas.
Fue posible para su abuelo, denigrado, despreciado, torturado, subestimado por los soberbios por ser negro y tener que financiar de algún modo el sustento de su familia.
Trabajó como un esclavo en trabajos forzados, cargando y escarbando en aquella mina, triturando la extracción a garrotazos, llevando pesadas cargas que le iban doblando el lomo poco a poco, pero sin mellarle jamás el amor propio, todo eso que iba acumulando porque sabía que era el precio que debía pagar para que su familia saliera adelante.
Pero tuvo la virtud de saber elegir los momentos precisos para expresar su desconformidad, para pararlos en seco a los matones, como aquel día que lo pararon, porque de lo contrario hubiera estrellado una piedra enorme en la cabeza de uno de ellos, que con su látigo hostigaba a una pobre mujer que ya no podía más, ni con sus huesos.
Lo pararon, muchos lo vieron como testigos de una reacción que no pudo controlar, que al fin le sirvió al matón para darse cuenta que con él no era igual que con otros, porque además, rodeado como fue en ese momento por un montón de obreros maltratados, supo silenciar lo ocurrido y mirarlo a él si no con temor, al menos con otro respeto.
Siempre es posible, si lo intentas...
No hay comentarios:
Publicar un comentario