De eso sabía mucho Enio.
Muchas cosas le habían contado sus padres sobre sus peripecias, de sus abuelos vapuleados sin compasión pero jamás doblegados, por "eso" que nunca les faltó y que heredaron como si una sustancia en la sangre les diera el valor de salir a flote, de no doblarse nunca mendicantes, de no aceptar humillaciones y esperar el momento de las adecuadas respuestas, de defender su dignidad con coraje y sin temores, hasta el punto de desconocer y sorprenderse de sí mismos, al razonar cómo han podido y sabido salir adelante, dejando atrás tantas infamias...
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