No es posible que sigamos presenciando indiferentes, el insoportable desatino de este presente, sin aportarle aunque sea un pequeño resplandor que ilumine sus sombras...
Es un rol que mi corazón comprometido no me permite ni lo permitirá mientras viva. Si lo hiciera, sabré que habré empezado a morir...
Por muchas razones vivimos a mi entender en un mundo al revés. Si nos cruzamos de brazos, indiferentes, poco haremos por nuestra dignidad y por transformar este mundo que hemos hecho...
A los integrantes de mi generación, en general, les chocan muchas cosas que ahora presenciamos como si fueran normales.
Pero tengámoslo claro, alguna responsabilidad tenemos por la cual debemos asumir el compromiso de luchar contra todo y todos los que atentan contra la dignidad de los seres en procura de ponerle coto a tantas declinaciones que a tantos han cautivado...
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