lunes, 23 de enero de 2012

Me preocupan más los que no tienen voz...

Siempre lo he sentido así, pero ahora desde la madre patria, compruebo con tristeza que por estos lares no es muy diferente el panorama a lo que venía observando desde el sur...



Inmersos como estamos en una época de profundas crisis, tenemos que quitarnos las vendas de los ojos y no silenciar lo que debemos gritar bien fuerte, al denunciar tantas pero tantas atrocidades que nos reclaman cambiar urgentemente esta realidad tan agraviante.



Hay un corolario de crisis diferentes. Por supuesto que no es económica ni financiera solamente, por mencionar las que más afectan a los que no tienen trabajo sobre los que se deberían centrar los más urgentes esfuerzos.



Hay otras sin dudas: crisis por políticos corruptos que generan desconfianza en el sistema político, por una usura especulativa salvaje del sistema financiero, por una globalización asfixiante con super poderes denigrantes, por una moral decadente, por familias temblequeantes, un ineficaz sistema educativo, de valores que brillan por su ausencia, déficits éticos evidentes, un sistema jurídico al que hay que perfeccionar a la luz de recientes fallos judiciales que dejan al descubierto vacíos acusadores que siembran inseguridad y tremendas injusticias con víctimas y familiares defraudados.



En este presente tan convulsionado, y tan repleto de olvidos, me preocupan más los que no tienen voz...



No pretendo constituirme en su portavoz, pero sí involucrarme en el bando de los más necesitados y explotados, y luchar como pueda contra las desesperanzas generalizadas.



Por esa senda seguiré mi camino con mis rebeldías a cuestas, dándome así, conservando así, el verdadero sentido de mi vida mientras viva...

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